Sucre, al igual que Córdoba, tiene una posición privilegiada: mirando al mar.
Sucre, al igual que Córdoba, tiene una posición privilegiada: mirando al mar.
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Gobernación de Sucre

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Infraestructura y capital humano mirando hacia el mar

A Sucre y Córdoba, privilegiados con su ubicación, les ha faltado conectividad.

Por Manuel Andrés Cadrazco Martelo

Tanto en el Departamento de Sucre, como en el Departamento de Córdoba, se cuenta con una privilegiada zona cercana al mar, municipios estratégicamente ubicados con líneas de playa que a mi criterio, son las mejores de Colombia.

Lo que ha faltado históricamente son una serie de factores anclados a algo en lo que se ha quedado debiendo siempre: la conectividad; si bien en el Pacto Territorial del Golfo del Morrosquillo del Departamento Nacional de Planeación, y como apuesta del Gobierno Nacional, se contemplan inversiones importantes en las vías terrestres y en el Aeropuerto de Tolú, lo cierto es que son obras que requieren de certeza financiera y de planeación para comenzar a ejecutarse, se espera que así sea en el corto plazo.

No es menor el detalle de conectividad en la zona del Golfo del Morrosquillo, y este sería el inicio de una cortina de oportunidades gigantescas para esta zona que tiene mucho por hacer sin descuidar el enfoque sostenible que conlleva toda inversión económica. A continuación, algunas ideas de política pública para nuestra zona de mar y playa:

En primer lugar, se podrían implementar políticas de incentivos fiscales y financieros para atraer la inversión y el desarrollo de negocios en la zona costera. Esto podría incluir exenciones o reducciones de impuestos, facilidades crediticias, subsidios o programas de financiamiento específicos para emprendedores y empresas que se establezcan en la zona. Estos incentivos podrían promover la inversión en sectores como el hotelero, la gastronomía, el turismo marítimo, la artesanía local, entre otros.

Por otro lado, se podrían implementar políticas que promuevan la conservación del medio ambiente marino, la protección de la biodiversidad, la promoción de la cultura y las tradiciones locales; esto es, la generación de oportunidades para la participación de la comunidad local en la cadena de valor del turismo.

Lo anterior debe ir de la mano con el capital más valioso y creativo que tienen estos territorios: los jóvenes. Se podrían implementar programas de formación y capacitación dirigidos a los jóvenes de la zona costera, brindándoles oportunidades de aprendizaje en áreas como turismo, emprendimiento, marketing, gestión de negocios y habilidades blandas. Estos programas podrían ser desarrollados en colaboración con instituciones educativas, y también lo anterior acompañado de programas de apoyo específicos para impulsar las iniciativas de los jóvenes, esto podría incluir la creación de fondos de financiamiento o líneas de crédito preferenciales para jóvenes emprendedores. Hay tanto por hacer que el futuro se puede ver como el atardecer de Coveñas: deslumbrante.

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